Todo obsequio es un mensaje, una manera de decir a través de una actitud y un objeto especialmente elegido para agasajar. Y en este sentido, todo regalo puede tener un valor simbólico, que podría hacer de un simple gesto algo particularmente diferente y especial.
Un presente, en tanto es realizado a través del genuino deseo de agasajar a otro, quizá tenga como principal beneficiario, a la misma persona que hace el regalo. Porque el que obsequia, busca la satisfacción del homenajeado y al obtenerla, encuentra su propia gratificación.
Por todo esto, saber hacer regalos oportunos, como todo placer, es además un arte. Cuándo, cómo y a quién regalar, hallar la ocasión indicada, el objeto exacto, supone tener en cuenta no solo la personalidad del agasajado sino también la ocasión en que se elige para hacerlo.
En este pequeño espacio, exploraremos diferentes alternativas sobre el arte de obsequiar.
Hay quienes consideran que cualquier fecha es apropiada para hacer un regalo y que en realidad, no tiene mucho sentido esperar a que el calendario indique alguna ocasión.
Otras personas, prefieren la excusa de la celebración social para invitarse al agasajo. Existen pues, diversas ocasiones que resultan auspiciosas para la realización de obsequios. Veamos algunas de ellas, pues.
Cumpleaños y aniversarios siempre son momentos en lo que se espera una celebración social.
El momento del cumpleaños sea tal vez la ocasión más importante del año para realizar un regalo personal.
En el caso de los aniversarios, las joyas son realmente un regalo impactante y seguramente existe una opción adecuada para cada presupuesto. Aunque si de factor sorpresa se trata, nada como un brindis sorpresa para compartir de a dos y programar una noche especial.
La felicitación del día de San Valentín, surge probablemente en el siglo XVI pero alcanzó su apogeo en la atmósfera sentimental de la Inglaterra victoriana. Antiguamente, se conocía el festejo como "la boda de los pájaros" puesto que, de acuerdo a la creencia, los pájaros elegían pareja ese día.
El 14 de febrero, en pleno verano boreal, se intercambian agasajos románticos entre los enamorados.
El día de San Valentín es hoy una fiesta tradicional para agasajar al enamorado/a. Flores y bombones para ellas, resultan la alternativa clásica, aunque la elección del obsequio dependerá también de las caraterísticas particuales de la pareja y la relación que los une.
En gran parte del mundo (con excepción quizá de Argentina, en donde se celebra en octubre), el día de la madre se festeja, con algunas variantes, durante el mes mayo. Los orígenes de esta festividad deben encontrarse en las celebraciones en honor a Rhea, madre de Júpiter, Neptuno y Plutón, en la mitología griega.
Las alternativas para agasajar las madres, son numerosas. Entre las tradicionales de siempre, flores y bombones. También indumentaria femenina, joyas y perfumes. Por supuesto siempre hay espacio para regalos más personales o incluso originales, como por ejemplo un desayuno sorpresa.
Y cualquier sea la opción elegida, nunca estará de más un poema para dedicárselo en su día.
En varios países de américa, el día del padre, se celebra en el mes de junio.
Algunas ideas para el día del padre: musica, artículos de electrónica o indumentaria masculina en general, indumentaria deportiva.
Desde no hace muchos años se impuso la costumbre de celebrar el 20 de julio, el día del amigo en honor del aniversario de la llegada de hombre a la luna.
Agasajar a un amigo, por supuesto, supone escoger un regalo muy personal.
En el día del niño, los juguetes serán los regalos más apreciados por los pequeños.
Si se trata de un bebé, es importante considerar que crecen rapidamente y que cada etapa merece diferentes tipos de regalo.
Los niños un poquito más grandes, seguramente también valorarán estar la moda. La ropa es también una alternativa a considerar a la hora de hacerles regalos.
Natural reflejo de la renovación y la vida, nunca es inoportuno regalar flores para recibirla. Las flores tienen además, un valor simbólico que siempre vale la pena descubrir.
Los regresos son siempre ocasiones de celebración. Un agasajo de bienvenida, siempre reconforta al recién llegado y es de buen augurio sobre todo si de empezar nuevas etapas se trata.
Los regalos de casamiento son especialmente esperados por las parejas que comienzan una nueva etapa de sus vidas, fundando un hogar.
Son regalos clásicos para estas ocasiones la vajilla, juegos de cubiertos, y cristalería.
Las despedidas son suelen difíciles, aún cuando impliquen cambios positivos y progresos. Un regalo de despedida puede ser un recuerdo para el que se va, un símbolo de nuestros mejores deseos, un lazo con a etapa que se deja atrás.
Celebrar la graduación con un regalo es valorar el esfuerzo en sí mismo y sus frutos.
Es de buen augurio agasajar a quienes se emprenden nuevas etapas. Cambiar de casa, oficina y emprender un nuevo proyecto, es una buena ocasión para hacer un regalo.
Dar la bienvenida a un nuevo ser es siempre una tarea deliciosa. ¿Qué regalarle a un bebé recién nacido?. Los flamantes padres, agradecerán seguramente artículos para bebés o ropa para el recién nacido. En este último caso, no se preocupe por el tamaño... los bebés crecen muy rápido.
Y finalmente, no parece de más recordar que agasajar a la flamante madre, no debería olvidarse tampoco. Flores y bombones son un obsequio tradicional, que aunque previsible, suele ser muy apreciado.
Los regalos suelen ser parte del romance y poseen, más que en ningún otro caso, una dimensión simbólica. Toda relación tiene un ciclo, sin lugar a dudas. Y los agasajos no pueden pasar por alto este ritmo que implica el tiempo de la conquista y más tarde, el agasajo periódico, si es que se desea mantener la llama encendida.
Desde ya, las flores, y en especial, las rosas, poseen un significado romántico ineludible. Pero por supuesto, si de sorprender se trata, existen muchos otros agasajos posibles.
Y no deberá pasarse por alto que un agasajo puede ser una buena estrategia de reconciliación. Naturalmente, los gestos no reemplazarán los hechos y para reconstruir una relación es necesario el diálogo y el deseo mutuo. Pero un presente oportuno puede abrir la puerta para que el diálogo se reinicie.
El regalo es importante, pero también la forma en que éste se entrega. Cabe pensar que es lo más conveniente para cada ocasión.
A menudo resulta apropiado enviarlos directamente al domicilio del agasajado, y en muchos casos, ésto será un componente central de la sorpresa. Pero tantas otras veces, un envoltorio cuidadoso y una ocasión especial, nos dará la oportunidad de ver el momento en que el agasajado recibe nuestro obsequio.
A menudo un regalo se espera y su llegada refleja que quien lo hizo, supo interpretar el deseo del agasajado. En estos casos, no es tan importante que el regalo sea inesperado, más bien el presente sería el resultado de una buena comunicación, de la sensibilidad para saber qué es lo que el otro desea y tener el placer de poder satisfacer ese deseo.
Es importante que todo regalo sea oportuno, ni demasiado, ni poco. Para esto, no se puede perder de vista quién es el destinatario del regalo y cual es la excusa para el agasajo.
También es importante considerar los tiempos. Que alguien espere por mucho tiempo un obsequio que nunca llega, hace que termine perdiendo interés. Pero atosigar a alguien con obsequios puede incomodar al agasajado. Por lo tanto, la prudencia, la cautela y el respeto siempre será bienvenidos como criterios orientativos a la hora de decidir sobre el arte de obsequiar.
A menudo la rutina es la antesala del aburrimiento y el desinterés. Un regalo inesperado, puede ser realmente delicioso para el agasajado. Incluso aún cuando se espere un regalo, queda siempre la posibilidad de sorprender, pensando en aquel obsequio original, impensado e imprevisible.
Los envíos a domicilio son una necesidad, especialmente cuando no tendremos oportunidad de ver personalmente el agasajado. En tiempos de la globalización, en donde amigos y familiares suelen vivir en puntos geográficos distantes, la necesidad de este tipo de regalos es la alternativa más simple.
Pero también en ocasiones, el envío a domicilio es el mjeor recurso para la sorpresa. En este estilo, no podemos dejar de sugir desayunos, flores o bombones.