Cuenta una de las leyendas sobre el origen de la tradición del brindis que en tiempos del feudalismo europeo, se decía que cuando un rey quería expandir su poder sobre otro pueblo, promovía el casamiento de su hija con el príncipe de otro reino y en la celebración de la boda, invitaba a su suegro, el otro rey e intentaba envenenarlo con una copa de vino tinto. Entonces, para evitar estas sospechas, los dos monarcas chocaban sus copas, de modo tal que el vino de ambas se mezclara.